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martes, 27 de abril de 2010

Maribel mi dulce Maribel, pasodoble de Los Playboys de Pedro Romero

Cuando uno es joven o niño, puedo llegar a comprender que defiendas a tu ciudad con tanto ímpetu que lo hagas despreciando otra. A veces el futbol u otras cuestiones culturales es el mecanismo mas rápido para que creas que menospreciando lo ajeno sobre valoras lo propio.

No voy a discutir que yo he sido un anti sevillanos convencido y en toda su amplitud, he deseado lo peor a esa tierra, con eslóganes totalmente impropio de una persona con un mínimo de sentido común, me negué a escuchar una simple sevillana, y he estado en el campo del Sevilla quemando una bandera de ese equipo. Pero ya no valen esos arrepentimientos pues el daño se hizo, y si lo digo es para que se sepa que yo no he sido ni peor ni mejor que un sevillano, fui un tonto que confundía mi gaditanía y veia gigantes donde solo había molinos o bombas en Irak donde solo Petroleo. Y lo peor haciendo daño a quienes no tenían culpa, ya fuera por mí léxico o por mis pensamientos.

Y ya de mas mayor te das cuenta que si existe un pueblo que desprende gaditanismo no es otro que mi admirada Serva Labari, dese allí escuchaba mucos piropos a mi Cádiz y he disfrutado con chirigotas como Los Caperucitos…, Curro telera…. o unos Cortacapullos que iban de jardineros, creo que en ochenta y seis, que decían en su estribillo.

…."Os voy a revelar un secreto, no quiero que se publique, y es que tenemos el capullo mucha mas grande que el de Felipe", Joder y sentí hasta lástima cuando en su último pase el Contralto no pudo actuar pues se puso chungaleta.

Pero no es por eso que Cádiz haya sido nunca insolidaria con los miarmas, Pues si nos remontamos al año 1972 Pedro Romero escribió un pasodoble, tal como se ha hecho en estos días con la niña marta, a una chiquilla de nombre Maribel, que, también padeció las injusticias de la vida que las llevó a la muerte, tal como, reitero, le ha ocurrido a Marta.

Aprovecho para dedicarle este articulo a una miarma, también de nombre Maribel vecina mía, y que un día yo empecé a cantarle lo de "…Maribel mi dulce Maribel", y cuando le seguí con lo de “que en el cielo tu estás con los angelitos”…. Casi me manda a pescar carajos de la caleta, y que yo le prometí que le iba a dedicar un artículo de referencia a su nombre, nuestra amistad y nuestros hijos.

Pedimos justicia
para juzgar al asesino
que el martes santo en Sevilla
mató a una chiquilla
en un acto de vicio.
A ese ser tan repugnante
no lo deben de juzgar
ni los jueces ni abogaos
el pueblo es el que lo debe linchar.
Pobre angelito cuanto dolor
su cuerpecito sufrió
violadas sus carnecitas
muertecita de dolor
entregó su alma a Dios
llamando a su mamaíta.
Que pena tan grande
sus padres tendrán
porque a su muñeca
ya no verán más.
Maribel, mi dulce Maribel
en el cielo tu estas
con los angelitos.
Por las noches
cuando te vayas a acostar
no te olvides de rezar
por tus papaítos. ¡Ay!
Un besito te mandamos desde aquí
y por verte sonreír
te cantamos una nana.
Tú la muñeca de Dios serás
porque al cielo tú alegrarás
Ay! mi niñita sevillana.




Salud y libertad

viernes, 23 de abril de 2010

Pilar Cano, La cabiria


No hace mucho la vi por la calle, acompañada supongo que por su hijo, iba tomando el sol por la Plaza de San Antonio.

Y fui cuando recordé mi niñez y su figura en mi barrio. No puedo decir nada malo pues quizás haya sido la mujer que mas he visto y oído defender a un niño en los que yo me encontraba, incluso sabiéndose burlada por nosotros mismo.

La recuerdo amparando a los niños de los vehículos resguardándolos en los interiores de las aceras, y la recuerdo peleándose con una tendera en mi barrio agria como ella sola con los niños, mientras que ella, Pilar, la cabiria, posiblemente embriagada de su propia vida, pero que no permitía que nadie menospreciara a un chiquillo.

La pausa de la vida me hizo olvidarla, hasta que un día encontré un escrito que le hacía referencia y me alegré muy mucho de ese documento, hasta que volviendo al inicio de este escrito, recuperé ese documento que estaba insertado en el foro mas gaditano del Cádiz mas mundial, y quise rendirle mi particular homenaje.

Pero quizás pensé que no era momento, que esa mujer tuvo una vida, vida cualquiera, la que le toco vivir y opiné que yo no era nadie para recordársela a nadie. Y quizás me confundí, a lo mejor que uno de sus niños le rindiera un escueto homenaje en un absurdo blog, hubiera sido genial para ella, aunque nunca lo hubiera leído. Y hoy me he dado cuenta que Pilar Cano tal como refleja en su esquela por su familia y sus amigos, dicen que tras ella también existe su seudónimo “la cabiria”, y subscribo yo que tras ella existía una señora de carta cabal.

El articulo que un día escribiera Ignacio Rivera al que hago mención es este, y solo pretendo que sirva a la memoria de una señora, que vivió quizás como no quiso, pero mostró ser una persona a la altura de las mejores.

A la Cabiria

(Elegía anticipada)

Era una joven pobre como muchas que se vino del pueblo por el hambre, que tenía la gracia a raudales y cantaba flamenco como nadie.

La recuerdo –desde el corazón la veo –trabajando en un hotel de la calle Argantonio, con su amiga, loca y alegre como ella, revolucionando al barrio con sus dichos y desplantes. Esta Clío desmemoriada, sorda Euterpe, Talía tartamuda, chuflona Melpóneme, Terpsícore coja, se quedó en Cabiria para siempre por su temperamento desgarrado, tremendista y vital que reflejaba el de la protagonista del filme que hacía furor por aquellos años y donde Fellinis demostraba toda la poesía que puede caber en el fango. Igual que su homónima de la película, la Cabiria repartía su gracia y sus favores sin esperar nada a cambio, porque si, como se da un mundo o una rosa cuando se tiene juventud y la sangre se enciende en primavera.

Una noche de luna lorquiana la había cogido llorona y se peleaba en la calle con su galán del momento reprochándole sus desdenes. Desde mi ventana, escuchaba embobado como la Cabiria, poeta nata e intuitiva, con su retórica violenta y trágica, se expresaba en octosílabos cabales y redondos, sin saberlo. Uno me puso los vellos de punta: “Yo monto un caballo amargo”. Lo transcribí plagiándoselo sin pudor en unas soleares que publiqué posteriormente (“para este camino largo –sin hijo, mujer ni amigo –yo monto un caballo amargo”).
Son innumerables las anécdotas, chistes, dimes y diretes que se podrían contar de la vida y milagros de esta mujer de bandera. Pero pasan las lunas, pasan las nubes, pasan los barcos, las mareas, el tiempo, las cosechas y a la Cabiria se le fue secando el manantial de la risa y la paciencia, de los sinsabores de la vida y el valdepeñas.

Últimamente la veía –y la seguía escuchando embobado –en unos parlamentos interminables subrayados con cortes de mangas, despotricando con su voz ronca y aguardentosa, el ojo chiguato mirando al este y el bueno al oeste, contra los guardias delante de la puerta del Ayuntamiento, contra la labor del alcalde, contra la política de Felipe González, contra la de Fraga y hasta contra don José María Pemán, que para todos tenía la Cabiria.

Ya ni eso. Ahora la veo, herida de muerte, con las piernas hinchadas como botas, llenas de pústulas, peleándose consigo misma en una retahíla muda e interior, ausente, tirada en una casapuerta, sola en la calle llamada Compañía como cruel del destino. Allí sigue día tras día. Y mientras los guardias persiguen a los reventadores de coches y similares para soltarlos al cuarto de hora, mientras el alcalde preside mil y un actos humanitarios y culturales, mientras Felipe veranea, Fraga pone tasa a los garbanzos y don José María descifra el sexo de los ángeles, la Cabiria, pobrecita mía, se esta muriendo gota a gota en medio de la calle ante la indiferencia de todos. Y no hay ninguna institución benéfica, ni religiosa ni de ninguna clase que se haga cargo de la desgraciada.

A mí, como a José Carlos de Luna con su Piyayo, me da pena y me causa un respeto imponente, porque era una joven pobre como muchas que se vino del pueblo por el hambre, que tenía la gracia a raudales y cantaba flamenco como nadie.

IGNACIO RIVERA


Salud y libertad

miércoles, 21 de abril de 2010

Tunantelas gaditanos


Cádiz quizás por su diversidad cultural, por su diversidad de gentes de todos los tipos, de toda clase de clases sociales, ha tenido a bien luchar por su subsistencia.

Y me refiero a sus ciudadanos en lo que todos tipos de gentes han hecho de una forma de vida un modo de trabajo, una forma extra de sacarse unos cuartos para sobreponerse a unos bajos sueldos.

Podíamos hablar del Pimpi de Cádiz, de los estraperlista, de los vendedores de numeritos clandestinos… una aglomeración de personajes, que si bien hoy en día aun existen algunos, eran mas propicios en épocas no tan antiguas.

Algunas de estas profesiones bien podían ser “legales” o totalmente ilegales, me explico, bien podía una mujer coser para la calle, o bien podía vender números clandestinos. La ilegalidad manifiesta estaba en ambas partes pero una es mayor que la otra, por razones obvias.

Pero hoy quiero recordar el gitano de las bolitas o de las cartas. Se trataba de un señor de la citada etnia que se solía colocar con una mesa en la calle compañía de Cádiz, usaba o bien tres carta dobladas por su parte interior o tres latillas de cervezas el cual una de ellas escondía una bolita, que era de corcho o de papel lo suficientemente liada a tal efecto.

El truco consistía en ir enseñado las latillas o las cartas y preguntando a donde estaba o bien la bolita o el as, hasta que dejando bien claro y señalado le decía al pobre desaprensivo que si apostaba mil pesetas se llevaba el doble.

Ante tanta claridad existía el gancho de turno que apostaba y ganaba, hasta que el inocente caía y apostaba, pero mientras se miraba el bolsillo para sacar su correspondiente billete, el astuto gitano, percatándose de que no se encontraba mirando el tapete, con un rápido movimiento cambiaba la carta o la latilla de lugar para confundir al engañado, perdiendo logicamente la apuesta.

Yo una vez fui con mi billete de mil pesetas en la mano, para una vez asegurado que no estaba confundido ganarme esa cantidad, me dio tanta inseguridad que iba a ganar, que desistí de apostarme mi dinero, y se que ese día no gané, aunque lo mejor fue que no perdí.

Total que en Cádiz ha habido mucho tunantela al igual que muchos tontos achocaos, aunque ahora estos visten con chaqueta y corbata, y un pin del partido de turno.

Salud y libertad

viernes, 16 de abril de 2010

Niños prodigios


Muchos padres en los que estoy yo pensamos que ojalá uno de los hijos saliera con un don o un cualidad extraordinaria que les depare un buen futuro, ya sea un buen cantante, actor o actriz, escritor, compositor, futbolista, tenista, golfista, etc….

Y se desea porque a priori con una de estas cualidades casi se asegura su porvenir pero revestido de glorias, y no pasando en principio las calamidades que las familias de clase media pasan, o padecen, o como les ocurrió a nuestro mayores, que las padecieron.

Yo miro a mis hijos y les digo que estudien, sobre todo a mi hija mayor que es a la que ya he comprobado que el don que posee es ser solo como ella es, sin mas cualidades extraordinarias que su belleza como persona, y por supuesto como hija.


Y no es que no me alegre de que pueda ser una buena cantante, o que sobresalga en un determinado deporte, pero por no serlo si que valoro muy mucho que ella vive rodeada de sus amigas solo por ser como es, no por ser determinadamente determinada.

Veo como niños son obligados a ser y vivir en torno a una cualidad, sus amigos lo serán más que por ser persona, por ser un buen lo que sea. Se convierten en niños engreídos pues solo saben que deben de ser el mejor en todo, pues son criados en ese máximo exponente, y sus amiguitos obvian su carácter porque es su cualidad la que prevalece por encima de su personalidad.

Ojalá mis hijos tuvieran la fortuna de ser o tener un don o cualidad extraordinaria, pero sin la soberbia o engreimiento que lo haga creerse en que es el mejor de todos y no valore el sobresfuerzo de sus compañeros o amigos, vivirá toda su vida con la señal de la victoria como cantante, como futbolista, como actor…. pero vacío de contenido

No debemos de educar a nuestros hijos solo para ser vencedores, pues cuando lleguen los fracasos no van a saber reponerse pues no comprenden que el mundo se construye desde abajo pero sobre todo y lo mas importante en unión, en respeto y colaboración.

Salud y libertad

miércoles, 14 de abril de 2010

La justicia, con, de, por, para y contra el juez Garzón


Este país tiene y gracias a las personas de mas o menos bien, unas libertades adquiridas. Libertades lo suficientemente tipificada en los textos constitucionales, lo suficientemente regladas y dirigidas por los poderes democráticos.

Yo siempre abogo que cuando tu libertad ha sido pisoteada tienes el derecho de acudir a los tribunales pertinentes, y que sea estos los que juzguen y se pronuncien en cualquier caso. La justicia española aunque mas que impartir justicia imparte leyes, es lo único que tenemos los ciudadanos que aquí habitamos, para poder acudir a ellas en los momentos que estimemos necesarios.

Yo me posiciono a favor de todos aquellos que crean que el Juez Baltasar Garzón les ha agredido de una forma u otra y/o que este se haya extralimitado en sus funciones como miembro de la judicatura. Me parece genial que los ciudadanos cuando lo crean oportuno denuncien situaciones extrañas, que vayan en contra de la libertad de las personas, y todo gracias a que este país goza de unas libertades adquiridas gracias simplemente a vivir en una democracia.

Pero como todo no puedo estar de acuerdo que un partido que debe de estar ilegalizado pues tiene en su haber mas muertos que Herri Batasuna se personalice como acusador, he de suponer que lo que intentan es que no llegue tanto la sangre al rio y puedan verse salpicados de las muertes en las cunetas.

Y a su vez me parece lamentable que desde un partido digan o pongan en entredicho las actuaciones tanto policial como en el ámbito judicial, (véase actuales casos de corrupción) En la que hablan de complot o tramas…, y en cambio cuando unos anti fascistas muestran con este juez una solidaridad que deben de transmitir toda persona que tenga su conciencia tranquila. Digan estos mismo que estas solidaridades ponen en entredicho o cortan por decirlo de otra manera la libertad del tribunal a juzgar oportunamente a un acusado.

Menos mal Señor Garzón que hoy en día te han denunciado, hace unos años hubieras estado en esa cuneta con esos asesinados que defiendes tú, y las personas de bien.

Salud y libertad

sábado, 10 de abril de 2010

2º reemplazo del 87, Periodo de instrucción en el CIM Cádiz

Fue un diez de abril cuando prácticamente me convertiría en un marinerito comprometido tras haber realizado la pertinente jura a la bandera, fue un día muy emotivo y que culminaría todo un mes de nuevas experiencias y de nuevos amigos.

Un mes antes, mientras viajaba en el tren junto a mi padre y mi abuelo en el corto trayecto que une Cádiz mi tierra natal, con La isla, mi ciudad donde ahora habito, dejaba atrás unos años, concretamente diecinueve sin hacer nada que yo no quería hacer. La mili llegó a mi vida y a pesar de todas las historias que se contaban en torno a ella, yo presto y valiente hasta allí llegué.

La teoría era la misma, ¡Tú no te destaques, no te ofrezcas voluntario para nada, y aléjate de los listos!

Tal como llegué al CIM, hoy cerrado, los marineros de guardia me mandaron hacia adentro, y solo me dijeron, sigue la marabunta, y allí iba yo con José Mari, un amigo que también venia en el tren. Llegué a donde estaba todos los peloncillos y me puse en una interminable cola a donde nos tomaban nota, para ubicarnos en los cuarteles y camaretas, hasta que al tiempo vi a mi amigo del cole José María “el rizo” y Selu “el lacio” que conocía de haberme tomado con el algunas botellas de moscatel el en club Olímpico, junto a ellos estaba mi querido Pedro Bueno, también de Cádiz y otros mas, a los que no conocía.

Total que yo al verlos, dejé la cola y me retrasé con ellos, que dicho sea de paso era la cola de la cola, los últimos del todo, tanto fue así que cuando terminamos y nos ubicamos en la habitación, ya había cerrado el comedor, y no teníamos nada que comer, y si mucho de hambre. Pero entonces el previsor de Pedro Bueno, al que ya había bautizado como Chano y como Chano se quedó hasta que juró bandera, sacó unas provisiones que sus padres, a los que les envío un beso y un abrazo, había acertado en meterle en la mochila que llevaba.

Ya por la mañana, nos pegarían la pelada, nos vacunarían y nos darían la ropa de faena, ropa que nos la daba en el hall de nuestro cuartelillo, y en la que ocurriría una de las coas que aun, nos reímos mi amigo Pedro y yo cuando lo recordamos.

Resulta que estábamos en la cola, el susodicho que se llama Pedro bueno Cruces y según su propia relato ….. “Mientras nos tenían en fila, en uno de los pasillos del sollao de marinería, esperando que acabaran las labores de limpieza para tomarnos los datos, nuestro amigo Paco, escuchó decirte al Sargento en voz en grito: ¡¡Que no cruces!! Y mi "simpático" amigo Paco se vuelve para mí y me dice, Pedro me parece que el Sargento te ha llamado, a lo que yo le contesté, ¿a mí?, si, si, dijo el, y yo le pregunté ¿que es lo que ha dicho concretamente? ¡¡Bueno Cruces!!. Pues nada, me fui para el Sargento y cuando me presente frente a él me pregunta ¿que quiere usted? y yo con todos mis cojones le digo, nada mi Sargento, que al parecer usted me ha llamado y aquí estoy. A renglón seguido me dice con voz enfurecida, ¡¡yo no he llamado a nadie!!, y los cojones míos de decirle, ¿como que no mi Sargento?, usted ha preguntado por Bueno Cruces y aquí estoy. A lo que el Sargento me responde: Yo he dicho ¡¡que no crucen!!.”

Otra de las cosas que mejor recuerdo era la caña que le dábamos al catalán que compartía camareta con nosotros, el pobre tuvo que lidiar con todas la gente de Cádiz y provincia, Santi Carda, que llegó a ser olímpico tenía en la mente librarse por no se que problemas y lo consiguió, lo dieron por inútil, aunque el jodio lleg
ara a ser un deportista de elite reconocido en el mundo el hockey catalán.

Pues a diario le cantábamos el pasodoble de la comparsa “Con gancho” que hacia referencia al buque “Elcano” y que decía que el barco era gaditano y no se iba a quedar en Barcelona, eso era como el himno oficial del rancho 10, hasta que un par de días antes de jurar bandera, nuestro querido catalán nos enseñó la carta en la que decía que no era útil para la armada, y que si para el deporte. Santi se curró mucho el librarse, y nos alegramos todos por él porqué era y supongo que será un tío de puta madre.

Total que llegó la jura y allí estábamos todos tras un mes, prácticamente de cachondeo, aunque estuviéramos mas de un día pateando el patio, y ese día diez cuando tiramos los lepantos al cielo, era el inicio de todo un año, en el que reitero no quería ir, pero de los que aprendí a valorar que un amigo elegido es mejor que un familiar impuesto. Y fue el inicio de tener aun en mi memoria muchas anécdotas, muchas situaciones buenas, las malas se olvidan y muchos amigos que tuve en el periodo de instrucción y posteriormente en los restos de los dias de mi vida militarizada.

Salud y libertad

miércoles, 7 de abril de 2010

Biblioteca de temas gaditanos


No llegué a entrar en este emblemático edificio cuando aun era biblioteca, en el que supongo aglomeraría todo lo referente a la ciudad, con respecto a sus libros, sus escritos…… su historia.

Recuerdo que estaba en la plaza de San Antonio, concretamente entre la terminación delas calles Ancha y Presidente Rivadavia y que hoy alberga una oficina de una administración pública, y era una obra cultural de la extinta caja de Ahorros de Cádiz.

Pues ojalá existiera una gran biblioteca de temas gaditanos que fuera solo de cuestiones relacionadas con nuestra ciudad. Se que toda publicación está lo suficientemente catalogada en las correspondientes bibliotecas que posee nuestra ciudad y que acceder a ella no es, o debe de ser ningún problema. Pero si abogo para que se aúnen a todas esas obras literarias o cualquier tema dedicado explícitamente a Cádiz, bajo un solo apartado, independientemente de que sea realizado por gente cuyo gentilicio sea el de gaditano.

Cádiz como ciudad trimilenaria que es tiene escrita con letras de oro viejo su historia, a partir de ahí son numerosos los ciudadanos que diariamente han escrito algo relacionado con esta tierra. Las publicaciones escritas que nombran simplemente a la ciudad no creo que existan todas juntas bajo un solo catalogo oficial que las enumere, pues simplemente una letrilla cantada y publicada en un libreto de carnaval en si ya es un tema gaditano, y nada mas que con eso….., ¡ojalá hubiera alguien que pudiera inventariar todas las letrillas, o poemas alusivas a la ciudad!, sean alabanzas o criticas, pero que tengan como denominador común a Cádiz.

A mí me gusta leer cualquier libro relacionado con Cádiz, habré leído relativamente pocos, pues opino que para leer hay que hacerlo en el justo momento de que quieras leer, como el de escribir, o el de opinar…. Pero si contara por hacer una breve y escueta exposición sobre temas gaditanos, desde la Historia de la cofradía de la Soledad que data desde el siglo XVI hasta el XX y posee una documentación exquisita mas allá de lo religioso, hasta los que tengo en mi mesita de noche, “ El periodismo en el Carnaval de Cádiz” de Javier Osuna, que es una obra de investigación increíble y que cada vez que me pongo me dan las tantas de la madrugada, o "La historia pequeña de Cádiz” de Julio Molina, a donde las anécdotas o datos de interés de Cádiz de una época del propio siglo XX, amenizan una barbaridad, y culturiza esbozando mas de una vez una sonrisa a los lectores, ya sean gaditanos o los que no tienen la suerte de serlo. (perdón por el chouvinismo)

Cádiz tiene mucho que contar, y eso aunque sea un tema inacabado, está en los libros.

Salud y libertad