Ya le tocaba a él, aunque sé que ya algunos monitores contaban con su presencia el año anterior, me refiero al campamento que organizan el grupo de juego de niños de la Parroquia del Buen Pastor de San Fernando.
Y más contento que unas pascuas ha cogido su maleta, su saco de dormir, y su cantimplora y se ha montado en el autobús, junto a su hermana, que ya ella es experta en esto de los campamentos lleva cinco años yendo a ellos, y juntos se han marchado destino a un pueblo de Sevilla.
Y seguro que se lo pasará genial, y seguro que estos días le servirá para no pensar algunas situaciones que está padeciendo y del que no soy ajeno a ello. Y espero que cuando vuelva me de ese abrazo que me da en cada momento que estamos juntos y me cuente todo lo que ha hecho, de todo lo que ha disfrutado y todas las innumerables historias que recordará y que casi seguro no se le olvidará en la vida.
Mi Paquito es un poquito más mayor, pero sigue siendo igual de buen hijo y uno de los niños más querido de la comunidad y de toda la barriada, y esto no es pasión de padre.
Disfruta Paquito, te lo mereces.
Te quiero mucho.
Salud y libertad