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........Y debajo de la última entrada, salvo que se hayan terminado, existen entradas mas antigüas

sábado, 27 de agosto de 2011

Jornada de Pesca

Siempre me ha gustado pescar, de siempre he tenido una caña del país que consistía en dos partes; el zanco en la parte inferior y más robusta y su espiga que era la superior, más flexible, con su correspondiente orejilla que era a donde se enganchaba el aparejo.

Me gusta pescar con viyuela o también conocida como corchuela, por lo menos en San Fernando, me distrae mas el estar pendiente a un trozo de corcho flotando que soltar una caña al lance y esperar a que piquen.

Como anécdotas de mis antiguas jornadas de pesca, voy a recordar una en la que fui a pescar junto a mi amigo Haty Q.E.P.D. y mi colega y compañero de trabajo Carrillo. Y la anécdota fue que pescando allá por el año 1995 en la Punta de San Felipe, cogimos entre los tres cerca de un centenar de piezas entre mojarritas y otras especies. Al acabar nos fuimos a un bar que había en la plaza de Mina en la que conocíamos al cocinero y no frió toda la pesca, y cuando nos trajo la fuente rebozando por tanto pescado, fuimos la sensación del resto de comensales que allí en esa terraza de verano estaban junto a nosotros.

Otra fue mi última pesca antes de la que comentaré posteriormente, y fue, recuerdo que un viernes tras el primer capítulo de la serie Cuéntame como pasó. Fue una pesca nocturna en el paseo de Santa Bárbara, por supuesto también con viyuela aunque usara una caña de carrete. Cogí un ranchito bueno de Mojarras y Bogas, y cuando me marché e iba dirección a San Fernando, en la entrada a la ciudad me paró una patrulla de la Benemérita. Me hicieron la prueba del alcohol, que dio positivo por muy poco, yo aduje y le enseñe el pescado que cierto me había tomado alguna lata de cerveza y que no había comido nada, y esperaron un rato y me volvieron a hacer la prueba, y viendo que no daba muestras de embriaguez y que me había bajado la tasa tras una charla normal entre los tres, me dejaron llegar a mi domicilio y por supuesto no me llegó sanción alguna.

Y la última fue con unos amigotes de san Fernando, Jesús el de comisiones (¡ponme un tinto carajo!), Salva el estanquero de la calle campanilleros (una de las mejores personas que uno se puede encontrar en su camino), Carlos el mi alma, (conocido por el de los vinos ¡por cógeme el pepino!), Baldomero un amigo de estos y ya mio, (que tras unos años en Inglaterra aun no le pagó el inglés el vino que se bebió) y mi menda lerenda. Jesús me prestó su caña de lanzar, pero que por supuesto le puse la viyuela. Antes había ido yo a la plaza de Cádiz y había comprado un kilo de gambas arroceras las cuales pelé y metí en un poco de sal, para usa como carná. Y llegamos al lugar de pesca, antes de yo lanzar, Salva ya había cogido una mojarrita, pero al primer lance mío ya subí yo otro pescado. Así hasta llegar a pescar más de veinte piezas de mojarras, mojarritas de piedras y otras especies.

Total que esa jornada me volvió a recordar que la pesca es una de esas artes, que tanto si has pescado o si has pensado es altamente productiva, tan a tanto que ya me estoy pensando de adquirir una caña para que en mis momentos de incertidumbre y de no saber qué hacer, repetir la experiencia de por lo menos intentar pescar, y si no, echar el tiempo afuera.

Salud y Libertad.

sábado, 6 de agosto de 2011

Camping Los Gazules, agosto 2011

Son las tres de la tarde, se acaban de marchar Carlos, y sus hijos Irene y Jaime. Ahora a donde mi hija Laura me acaba de comentar de sus intenciones para esta jornada de este día, que no es otra que estar con unos chiquillos del camping, yo, aquí ante este teclado que tan olvidado tengo, comienzo a recordar como comenzó este periplo que para mí y para mis hijos acabaran seguramente mañana por la tarde.

¡Me voy de camping!, le dije a Carlos, con mis hijos, y le alenté a que nos acompañaran, no porque yo necesitara compañía alguna, pero si porque sé que juntos todo sería diferente. Los primeros días de agosto, inmediatamente después de comenzar mis vacaciones anuales fue el periodo que había pensado, y así se lo hice ver a Carlos, para que hiciese las pertinentes cuadraturas en su vida y en las vidas de sus dos hijos.

Buscar un camping más o menos baratito fue lo siguiente, un amigo me recomendó el "Camping Los Gazules" y del tirón busqué en internet más información. Y tras hablar telefónicamente con la recepción del camping, y afirmándome que para estas fechas no habría problemas para acampar, pusimos una fecha de llegada, 02 de agosto, y sin fecha de salida.

El camping es toda una delicia, familiar, tranquilo….. Todo tan tranquilo pues para eso se encuentra bajo un enclave tan bello como lo es toda la propia provincia de Cádiz. Posee sus bungalós así como sus caravanas, total un buen camping para quien desee no ser partícipe de jaleos veraniegos y de turismo lógicos de estas épocas. Aunque no es menos cierto que este camping no cierra puertas a nadie, solo hay que saber que esto no es una zona de copas.

En sus instalaciones, por resaltar algo reseñaría la piscina y el restaurante, restaurante a donde su precios super económicos te invitan a no tener que preocuparte en el hecho de hacer diariamente de comer, o incluso de tomarte una simple cerveza. Y como todo lo que está en la órbita del camping es digno de reseñar, a la vera de la entrada del camping, una venta de la mas típica venta de carreteras llamada Patriste, es todo un placer saborear sus platos típicos de caza, a donde el jabalí, ha sido lo que a mí y a mi hija Laura nos ha “enamorado”.

Ahora estoy solo aquí con una copa de Rúa Vieja en la cafetería del restaurante y se me viene a la memoria estos días que he vivido y sabiendo lo que voy a hacer ahora y mañana. Ahora solo sé que mi hijo Pakito está con unos amigos jugando y correteando sin ni siquiera haber reposado el plato de comida que aquí acabamos de comer, mientras Laura espera impaciente que acabe este escrito para chatear con sus amigas del barrio. Hoy Soy un padre feliz, pero lo mejor es que hoy mis hijos son unos niños felices y ante esto, o tras esto ya veremos cómo coño pago yo estos días que, aunque tenga para el banco un precio, para mí no lo tiene.

Salud y libertad.