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lunes, 31 de enero de 2011

La sudamericana y su compañero de trabajo

Leyendo las Soleares del emigrante que tan bién ha escrito mi tocayo Paco Rosado, me ha recordado a una situación que he vivido en segunda persona en un bar de la zona de mi barriada, en la que una de las trabajadoras de origen sudamericano, no se ni me importa si es nacida en América y que se vino a aquí o nacida en este país procedente de padres inmigrantes, vamos que yo veo a esa persona y veo una ciudadana en este caso trabajadora y punto.

Pues yo la veía y la veo trabajando en un bar desde que el empresario lo abrió, y siendo igual de educada que otro cualquiera, simplemente comete su cometido valga la redundancia, que no es otro que servir a los clientes, de la misma forma que cualquier otro camarero tiene que hacerlo, no hay mas tutía.

Y tenía como compañero un chaval que entre ellos se llevaban la mar de bien, se compenetraban y se respetaban, él un malagueño que vivía desde hacía años aquí en la Isla, y que dijo que se iba para su costa del Sol, que ya era hora de volver a su tierra, y se fue y yo solo le dije que le fuera bien, y que esperaba verlo de nuevo por aquí, a lo que me aseguró que tarde o temprano nos veríamos.

Y lo sustituyó un gachón, un tipo de unos cuarenta tacos más o menos, y yo pues como si nada, poco a poco nos fuimos conociendo, aunque yo a ese bar fuera para diez minutos en ocasiones especiales, ya iba sabiendo de que yo aunque de tarde en tarde, soy como Teruel, existo.

Y un día, recién entrada la ley del tabaco, estaba fumándose un cigarro en la puerta del bar, yo le saludé y entré y de seguida entró él, le dije que no se corriera en prisas, que se fumara el cigarro, puesto que yo había cogido el Diario y lo iba a leer. Y comentó algo despreciativo sobre las mujeres que yo no caí, pero de seguida vi como él quiso dar a entender algo contra la compañera  sudamericana de nacimiento o de genética, que antes he mencionado.

Le dije, ten cuidado con lo que dices que puedes acabar mal, y le recordé que se fuera a fumarse el cigarro, y le hice un chiste de que Zapatero lo había echado del bar….

A lo que sin apenas conocerme dijo el xenófobo este, que la culpa de que nos echaran de España no era de Zapatero eran de los inmigrantes, haciendo un ademán con la mirada señalando a esa trabajadora que lleva en el bar mucho más tiempo que este tipo.

Cerré el diario, pagué la copa y me fui, y se me vino a la mente todos esos que incluso siendo hijos de emigrantes, incluso teniendo inmigrantes en su familia se creen con el derecho de tratar como escoria a estas gentes. Gentes que no son culpables de buscar un trabajo y haberlo conseguido, gente que han huido de miserias para encontrar estabilidad social. Simplemente gentes.

Y aun hay gentuza que su frustración la paga con el prójimo.

Salud y libertad

miércoles, 19 de enero de 2011

Antonio Martín García, Paco Alba, mi amigo Alejandro Vinagre y Los Caballeros de la piera reonda.

Cuando yo le escribo todos los años a mi amigo Haty, lo hago desde la convicción de que el me estará escuchando, Si no sería de tonto hacer algo que se quede entre los muros de mi conciencia y la oreja o vista del receptor.

Desde que tengo conciencia en la red, no dejo parar la cita de acordarme de mi amigo fallecido, ¿el mejor amigo? Yo me reafirmo siempre, que este Haty fue el mayor de hijo de puta que mayor daño me ha hecho, y solo se lo perdonaré en ese momento que me abrace con él, lo que él hizo con su amigo Paco o sea conmigo de dejarme llorando e irse sin despedirse, de momento no se lo he perdonado, claro, pero no significa que el Haty sea al día de hoy mi mejor amigo….. Y creerme, lo echo mucho de menos.

Y es por eso por lo que yo siempre he admirado las letras carnavaleras, porque son diarios de lo que alguien quiere decirles, en este caso de sus autores a sus gentes…… a sus vidas.

Y rememorando un temita de los caballero de la piera Reonda de mi admirado Antoñito Martín, me he puesto en su pellejo cuando yo año tras año a primero de año le escribo una cartita a mi amigo Haty, pues a buen seguro, Antoñito, el de la calle San Vicente, el de al ladito mi Puerto Chico natal, esta letra a su maestro y amigo Paco Alba no le será la última, pues ya le tienen muchas dedicadas, y será la continuación de tanto cariño

No cambies, que para mi eres un referente.

 
PD. Por cierto para quien no lo sepa la firma de “Salud y libertad" la copié de los escritos del diario de Cádiz de Antonio Martín García….pero ya es mía como el pasodoble del jardinero de Capricho Andaluz

El pasodoble al uso es el siguiente:

Buenas noches mi maestro,
aquí estamos con lo nuestro
después de cincuenta años.

A librar otra batalla,
peleando aquí en el Falla,
el teatro centenario.

con veneno en las entrañas
y los recuerdos del alma
de aquél burrito Lucero,

que escuchaba de mañana
por las calles gaditanas
el pregón de los Pajeros.

Esos buenos tiempos
han ido cambiando
y hoy dicen Cádiz igual que Sevilla,
aunque yo sigo contigo pensando
qué sabrá nadie de nuestras cosillas.

Qué sabrán de aquella noche
que en tu copla se deshizo
cuando nos fuimos llorando
por un capricho,
por un capricho.

Pero esta noche, maestro,
no vengo a parar el tiempo
qué me importa lo que digan,
vámonos los dos por Cai.

Al compás de tu comparsa
que como nadie la canta
en tu honor estos chavales.

Y en la puerta la Caleta,
tu rincón más gaditano,
aquí quiero devolverte
lo que un día te robaron.

Este premio y este aplauso,
el aplauso de los nuestros
esta noche te lo entrego
mirando al cielo
por ti maestro,
por ti maestro.


Salud y libertad

viernes, 14 de enero de 2011

El extraño señor

No sé quién es, quizás no lo sepa nadie nada más que él, es un señor que, con mirada al infinito y manos en los bolsillos camina diariamente por las calles de mi barrio. ¿Será un truhán?, o será como yo creo, un señor.

Mirando para adelante siempre distante y siempre de cerca al mundo que lo agarra, no tiene más mirada que lo que sus ojos solo ven, o solo quieren ver lo que desea, ¿Quién sabe? Solo lo sabe él.

¡Buenos días,... buenas tardes,... hola……. !. Pero solo cuando mirando ve al de su lado, no noto desprecio el no volver la cara, simplemente siempre camina así.

No es ningún loco, creo que es el más cuerdo de mi barrio, creo que tal señor es, la indicación propia de un magnífico talante.

Seguramente o posiblemente nunca establezcamos una conversación, aunque se tome una manzanilla fresquita en al bar de debajo de mi casa mientras yo me tome otra. Y digo seguramente porque tras tantos holas, tantas buenas noches y tanta indiferencia cuando así parezca ser, solo veo tras él un señor, de mirada distante y de mirada cercana, de pelo cano de paso firme, de educación exquisita……. Un señor.

Mientras pasea y lo miras llegas a pensar si lo que está haciendo son sus propios castillos en el aire, como tan bien decía el genial Alberto Cortez, o si se está desbaratando tanto sueño tras unos castillos que nunca llegaron a realizarse. -O quizás ¿Quién sabe? Solo piensa en su presente, en su paseo diario, en su sentir extraño, o saborear su simple manzanilla en el bar de debajo de mi casa todos los dias.

No sé como es, solo sé que es un señor.

Salud y libertad
 

domingo, 2 de enero de 2011

La ley anti tabaco

Yo estoy lo suficientemente convencido que esta normativa o ley es producida por la poca sensibilidad de los fumadores y el poco sentido común de muchos de estos. No quiero mostrarme contrario al hecho de fumar pues considero que cada cual es libre de hacer lo que le plazca, fumar, beber así como a no fumar o no beber.

Yo he sido fumador muchos años, hasta que un día me dije -"este es el último cigarro que me fumo", y así lo hice. Dejé el paquete de tabaco en un cajón, hasta que lo tiré ya picado. Pero si lo que he intentado sobre todo en mi época como fumador adulto es ser consecuente con los de mi alrededor y sobre todo no perjudicar con mi hábito a nadie, por lo menos eso yo creía o quería hacer.

Pero esta ley simplemente ahora antepone los derechos de los no fumadores a los de los fumadores, pero sobre todo me reitero por la poca vista o sensibilidad de muchos fumadores con el resto, sencillamente es así.

Cuando fui de luna de miel a Italia, allá por el 98, no se permitía fumar en ningún local. El cartelito de “vietato fumare” estaba en todos los locales de restauración, que trece años después lo pongan en España, me parece que vamos un poco tarde sobre todo porque no hemos aprendido a ser fumador responsable como en estos casos que voy a contar.

En Cádiz en un lugar a donde yo desayuno recuerdo cómo mientras me juntaba el “foigrá” en el pan, un señor a mi lado en la barra ni corto ni perezoso se encendió un puro y comenzó a llenar de humos todo el bar, sin importarle que a mi compañero un señor ya mayor, le pueda dar un ataque de asma o a cualquier otro cliente. Cuando nos levantamos refunfuñando por la insolidaria actuación solo dijo que él tenía el mismo derecho de fumar o no fumar. Todo un alarde de educación incívica, pero peor es esto otro.

Aquí en San Fernando yo suelo ir de vez en cuando a un bar mientras que mi hijo está en el futbol a tomarme una cerveza o una copa, bueno. Pues estaba en la barra y a mi lado un señor con un aparato de respiración asistida que parecía un maletín, conectado mediante unos conductos a sus fosas nasales. Pues allí otro señor que lo vio igual que lo vi yo, del tirón se encendió su cigarro importándole una mierda que eso le perjudicaba al señor, cuando el camarero le dijo que fumara al otro lado de la barra,  dijo literalmente que si estaba malo que se quedara en su casa, que mientras se pudiera fumar en el bar él lo haría. El señor del aparato, sin mostrar malestar al camarero, le comentó, -no te preocupes yo me voy, que se fume su cigarro a su salud.

Y todo esto sin contar en la puerta de los colegios, como no piensan que el cigarro entre los dedos y a la altura de la cara de los niños los puede quemar, no solo a los otros niños sino a los propios.

Total que ante estas cuestiones considero que se paga justo por pecador, y si con esto podemos tomarnos una cervecita tranquilo sin soportar insolidarias actuaciones de los insolidarios fumadores como he dicho antes, bastante ha tardado este país en anteponer a la sociedad en general al capricho de unos pocos.

Salud y libertad