Historias de mis vacaciones.

Este año solo teníamos pensado ir de camping como viene siendo habitual, de hecho estuvimos una semanita. Pero si tuviera que hablar de mis vacaciones señalaría directamente a las que fui tres días pero la mar de aprovechados con unos amigos de aquí de San Fernando que conocemos gracias a que las niñas comparten aula, primero en la "guarde" y luego en su colegio Erytheia.

Nos instalamos en el hotel Holiday Inn, situado concretamente en el centro comercial Nassica de la localidad madrileña de Getafe. Si ya de por si un centro comercial te abre muchas posibilidades, el estar allí nos solucionó algunos planes de comidas acudiendo a uno de sus numerosos restaurantes, así como ir al "Carrefú" y comprar las viandas necesarias para momentos oportunos

Lo primero que hicimos fue ir a la Warner pues así de mutuo acuerdo lo teníamos preestablecido, allí disfrutamos de lo lindo tirándonos de todos los cacharros que podíamos. También viendo los espectáculos, genial. Mi Pakito el jodío nada mas que quería tirarse de lo mas “peligrosos”, eso del tiovivo no le llamaba la atención, es mas quiso montarse en la montaña rusa conmigo y lo tuve que llevar para que viera que no daba la medida para que se conformase y dejara de dar ese poquito de por culo que daba con ¡Papa, yo me quiero montar en la montaña rosa!.

Ya el sábado lo teníamos previsto de ir a Madrid, pues nuestros amigos no lo conocían, y vamos por lo menos en unas horas algo vieron. El Retiro, la Puerta de Alcalá, la Puerta del Sol, donde se comieron un bocadillo de jamón a un euro (para que digan que en Madrid todo es caro) el Kilómetro cero, la plaza Mayor etc. Comimos en un restaurante llamado Rodríguez, al lado de la plaza Mayor con menús a 10 euros donde te ponían platos que rebozaban, con decir que tuvimos que dejar comida pues no había cojones de acabarse los platos.

Después de comer nos fuimos andandito al museo de cera, increíble, con mas salas que cuando fui la última vez, todo muy bien y es otra de las cosas que no se puede uno perder cuando visite la capital del estado. Como curiosidad por el paseo de la Castellana coincidimos con unos vecinos de aquí de mi barriada que habían ido a Madrid, que verdad es que el mundo es un pañuelo.


Y terminar esas vacaciones el domingo visitando el Rastro, los innumerables tenderetes que te ofrecen todo tipo de cacharros ropas o antigüedades, para cuando el reloj marcaba las dos de la tarde coger la carretera de Extremadura para bajar hacia Cádiz, mejor dicho hacia La Isla por la ruta de la plata, itinerario nuevo el cual recomiendo tanto en ida como en venida.

Pues estos días, pocos pero muy aprovechados, han sido lo mejor que puedo contar de esta época estival que a poco termina, aunque el verano ha estado repleto de playa, de paseos, de piscina, de pocas cosas pero todo encaminado en el disfrute familiar, y creo que este año, hemos conseguido, primero pasar unos días increíble con la familia Amaya López y terminar como todos desean, orgullosos de contarlo.

Salud y libertad