……Por lo menos en pensamiento, y me refiero al género.
No soy de los que ejemplarizaría con la canción de Fernando Esteso que decía “Los niños con los niños, las niñas con las niñas”, pero me va a perdonar la Bibiana Aido, pero el otro día me di cuenta de mi parcialidad entre niños y niñas, entre hombres y mujeres, entre mi hijo y mi hija.
Por supuesto que no quiero decir que a ambos no les asistan los mismo derechos, las mismas oportunidades, todo. Yo quiero a los dos por igual pero quiero contar lo que me ocurrió hará unos días.
Mi barriada es una barriada relativamente joven, gente de la generación sesenta/setenta, y somos los que hemos repoblado esta zona con el nacimento de nuestros hijos, por lo que la juventud y niñez está presente continuamente. De los hijos de mis vecinos ya los hay que han tenido que irse a trabajar a otra ciudad, o intentan llegar a ser mileurista de la bahía, los que están en la universidad, institutos o los niños como pueden ser mi hijo en infantil o mi hija en Primaria.
Llevo observando como el hijo de una vecina de mi barriada ya ha dejado de lado el balón de futbol y las carreras por la plazoleta para empezar el tonteamiento con las niñas. Lo veía y me recordaba cuando yo tenía esos trece o catorce años, cuando yo era como él, cuando con mi pandilla rondábamos a las pibitas.
Una de las veces mientras que a este pibe lo observaba desde el cariño y la nostalgia, se me vino a la mente mi hijo y me dije, “Dentro de nada el chulo de mi hijo estará igual” lo pensé con aires orgullosos. Cuándo de pronto una de las chiquillas era la hija de otra vecina, la cual también es actriz de ese tonteo juvenil, y se me vino a la mente los nueve años de mi hija.
Entonces fue cuando me di cuenta que sobreprotecciono a mi hija, no quiero, entrecomilladamente hablando, que se exponga a lo mismo que me enorgullecería si lo hiciera mi hijo. No es desigualdad, jamás le voy a prohibir, ni mucho menos, los juegos y los ligues juveniles, pero mientras que hoy en día podría vacilar de mi hijo si me sale un galán, no haría lo mismo si mi hija es la diva de sus amoríos juveniles.
Salud y libertad
No soy de los que ejemplarizaría con la canción de Fernando Esteso que decía “Los niños con los niños, las niñas con las niñas”, pero me va a perdonar la Bibiana Aido, pero el otro día me di cuenta de mi parcialidad entre niños y niñas, entre hombres y mujeres, entre mi hijo y mi hija.
Por supuesto que no quiero decir que a ambos no les asistan los mismo derechos, las mismas oportunidades, todo. Yo quiero a los dos por igual pero quiero contar lo que me ocurrió hará unos días.
Mi barriada es una barriada relativamente joven, gente de la generación sesenta/setenta, y somos los que hemos repoblado esta zona con el nacimento de nuestros hijos, por lo que la juventud y niñez está presente continuamente. De los hijos de mis vecinos ya los hay que han tenido que irse a trabajar a otra ciudad, o intentan llegar a ser mileurista de la bahía, los que están en la universidad, institutos o los niños como pueden ser mi hijo en infantil o mi hija en Primaria.
Llevo observando como el hijo de una vecina de mi barriada ya ha dejado de lado el balón de futbol y las carreras por la plazoleta para empezar el tonteamiento con las niñas. Lo veía y me recordaba cuando yo tenía esos trece o catorce años, cuando yo era como él, cuando con mi pandilla rondábamos a las pibitas.
Una de las veces mientras que a este pibe lo observaba desde el cariño y la nostalgia, se me vino a la mente mi hijo y me dije, “Dentro de nada el chulo de mi hijo estará igual” lo pensé con aires orgullosos. Cuándo de pronto una de las chiquillas era la hija de otra vecina, la cual también es actriz de ese tonteo juvenil, y se me vino a la mente los nueve años de mi hija.
Entonces fue cuando me di cuenta que sobreprotecciono a mi hija, no quiero, entrecomilladamente hablando, que se exponga a lo mismo que me enorgullecería si lo hiciera mi hijo. No es desigualdad, jamás le voy a prohibir, ni mucho menos, los juegos y los ligues juveniles, pero mientras que hoy en día podría vacilar de mi hijo si me sale un galán, no haría lo mismo si mi hija es la diva de sus amoríos juveniles.
Salud y libertad
Entradas
9 comentarios:
Como debe ser y como haría un buen padre.
Un fuerte abrazo
Pues es exactamente lo que yo hago con mi hija, que cumplirá 16 en diciembre.
Saludos.
Hola ,vuevo a visitarte despues de un verano horrible en el "hotel Puerta de Mar" de Cádiz,eso sí todo incluido y baratito.Bstos Rocío
Eso, nos guste o no es así. Es como
-Mira lo guapo que es mi niño.-o-
-Hay que ver lo mal que se ha portado hoy tu niño.
Para ti, como tu bien has dicho tu niño es "el chulo" y tu niña es "la princesita".
Un beso: Inma
No es jodidamente politicamente correcto decirlo pero tienes tela de razón, lo reconozco, aunque sea incoherente, pero a mi me pasa lo mismo, Joé, soy humano.
Paco, perdona el offtopic: tu comentario en la despedida de mi blog me dio la idea para el nuevo. Eso de "la llave tercera" de las momias (peaso de chirigota) siempre me encantó, y en breve se convertirá en mi casa blogosférica. Un saludo!
Aunque, desde la perspectiva de los padres, la cosa sea como tú dices, chico, te tendrás que aguantar con lo que te salga!!!. Para mí ni sería un orgullo tener un "machito galanazo" en casa ni una "virgencita pazguata" bajo mi custodia hasta que tenga que volar, casi más por angustia en el nido que por ley de vida. Además, por qué tiene que ser el niño eso que dices que te enorgullece y la niña no?. Por qué no piensas que ambos, harán su entrada en el mundo adulto tal y como tú los hayas educado y de forma normal, sin excesos por ambas partes. Tu hija tonteará con los chicos igual que tú lo hiciste a su edad con las chicas y no por eso tu hija será peor hija o persona. O es que piensas que estás educando a una libertina?. Es que realmente pensáis que las mujeres no tenemos sentido de la medida y necesitamos estar atadas para no desmadrarnos?.Por favor, que hay de todo y, gracias a Dios, todos y todas pasamos por lo mismo y no hemos acabado en una esquina paseando el bolsito. No seáis tan retrógrados que con esa forma de pensar ya le estáis limitando muchas cosas y experiencias, absolutamente necesarias, a una chica-mujer que(seguro que ya a su edad), no es tan tonta como os pensáis. Igualdad no significa libertinaje o desmadre para todos y todas. A ver si no vais a ser capaces, en esta generación de padres y madres supuestamente más inteligentes que la anterior, de educar en libertad y respeto a vuestros hijos e hijas y volveréis a repetir los errores castradores de nuestros queridos padres. Están muriendo demasiadas mujeres en estos años como para que no nos demos cuenta de por dónde deberían ir los tiros. Un saludo. Mª del Carmen Cabanillas Medrano.
Bueno, bueno... maria del carmen.
No se si me habré explicado mal no habrás entendido lo que he querido decir.
Yo no m tengo que aguantar, pues no será ningún sacrificio. No pienso educar a mi hijo diferentemente a mi hija, te recalco para mi son ambos iguales, solo hago una suposición, que termina diciendo "....jamás le voy a prohibir, ni mucho menos, los juegos y los ligues juveniles, pero mientras que podré vacilar de mi hijo si me sale un galán, no haré lo mismo si mi hija es la diva de los amoríos juveniles".
Esto que he escrito es solo una forma de ver, no de actuar.
saludos a todos.
Uf, por favor, no me asustéis más!!!. Un saludo.Mª del Carmen Cabanillas Medrano.
Publicar un comentario