Son las tres de la tarde, se acaban de marchar Carlos, y sus hijos Irene y Jaime. Ahora a donde mi hija Laura me acaba de comentar de sus intenciones para esta jornada de este día, que no es otra que estar con unos chiquillos del camping, yo, aquí ante este teclado que tan olvidado tengo, comienzo a recordar como comenzó este periplo que para mí y para mis hijos acabaran seguramente mañana por la tarde.
¡Me voy de camping!, le dije a Carlos, con mis hijos, y le alenté a que nos acompañaran, no porque yo necesitara compañía alguna, pero si porque sé que juntos todo sería diferente. Los primeros días de agosto, inmediatamente después de comenzar mis vacaciones anuales fue el periodo que había pensado, y así se lo hice ver a Carlos, para que hiciese las pertinentes cuadraturas en su vida y en las vidas de sus dos hijos.
Buscar un camping más o menos baratito fue lo siguiente, un amigo me recomendó el "Camping Los Gazules" y del tirón busqué en internet más información. Y tras hablar telefónicamente con la recepción del camping, y afirmándome que para estas fechas no habría problemas para acampar, pusimos una fecha de llegada, 02 de agosto, y sin fecha de salida.
El camping es toda una delicia, familiar, tranquilo….. Todo tan tranquilo pues para eso se encuentra bajo un enclave tan bello como lo es toda la propia provincia de Cádiz. Posee sus bungalós así como sus caravanas, total un buen camping para quien desee no ser partícipe de jaleos veraniegos y de turismo lógicos de estas épocas. Aunque no es menos cierto que este camping no cierra puertas a nadie, solo hay que saber que esto no es una zona de copas.
En sus instalaciones, por resaltar algo reseñaría la piscina y el restaurante, restaurante a donde su precios super económicos te invitan a no tener que preocuparte en el hecho de hacer diariamente de comer, o incluso de tomarte una simple cerveza. Y como todo lo que está en la órbita del camping es digno de reseñar, a la vera de la entrada del camping, una venta de la mas típica venta de carreteras llamada Patriste, es todo un placer saborear sus platos típicos de caza, a donde el jabalí, ha sido lo que a mí y a mi hija Laura nos ha “enamorado”.
Ahora estoy solo aquí con una copa de Rúa Vieja en la cafetería del restaurante y se me viene a la memoria estos días que he vivido y sabiendo lo que voy a hacer ahora y mañana. Ahora solo sé que mi hijo Pakito está con unos amigos jugando y correteando sin ni siquiera haber reposado el plato de comida que aquí acabamos de comer, mientras Laura espera impaciente que acabe este escrito para chatear con sus amigas del barrio. Hoy Soy un padre feliz, pero lo mejor es que hoy mis hijos son unos niños felices y ante esto, o tras esto ya veremos cómo coño pago yo estos días que, aunque tenga para el banco un precio, para mí no lo tiene.
Salud y libertad.
3 comentarios:
Paco,me alegro que te lo estés pasando bien estas vacaciones con tus hijos,echo de menos mis diítas de camping en Conil,cuando era joven.un abrazo Rocío.
Ahí Paco,disfrutando, que pronto empieza el año otra vez jaja,y si el camping esta muy bien, verás como no tiene buzón de sugerencias jaja.
Me alegro que así sea. HAy que descansar cuerpo y espiritu para comenzar el año con fuerza y empuje.
Abrazos inmensos.
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