Este
caso es verídico, pero por razones obvias voy a omitir la identidad tanto de
una parte como de la otra.
No se puede
generalizar a nadie ni a nada, porque meter en un mismo saco a una empresa, a
un empresario o gerente con el que quiero dirigir este escrito, sería cuanto
menos injusto. Ni todos los trabajadores son los que arruinan a una empresa
como algunos empresarios se empeñan a defender, véase el caso de Díaz Ferrán,
que fue él solito el que se cargó a la suya, y mira que pedía que los
trabajadores cobraran más por menos sueldo, Se creía que esto era la oferta de
Simago o de Simango como quedó demostrado pues aun sigue en la trena.
Pero a
lo que vengo a decir está ocurriendo en Cádiz en una empresa cuyo capitulo 1 es
de las mayores de la provincia, y el caso es el siguiente.
Tienen
un trabajador, que es un gran profesional, un trabajador muy resolutivo,
querido por sus compañeros, por mandos intermedios y por gentes de otros
departamentos de la misma empresa. Este trabajador es el que desea cualquier
empresario para sí, siempre dispuesto, se adelanta a los acontecimientos, antes
de que se curse un parte de trabajo ya lo tiene solucionado, además ser
polivalente y echarle mano a todo, pues
es, como he dicho antes el empleado que todo empresario que sea digno de ser,
desea para su empresa.
Pero topó con la mano más rancia del mamón, que encima es el
máximo dirigente de la empresa pero que no es ni suya, que si el currelante no está
al liquindoy este tipo le puede hacer mucho daño, sin tener la mas mínima
consideración ni siquiera el agradecimiento de tener en la plantilla un
TRABAJADOR, con mayúsculas.
Este compañero se dio cuenta de que había un error con su
contrato laboral, prácticamente casi carecía de él, por poner lo mas mínimo ni
tenía uniforme de trabajo, ni siquiera de equipo de protección, y lo
puso todo en manos de su sindicato y claro está éste pues puso el caso en los estamentos
oportunos que terminó en un dictamen, dictamen que no era otro que reconocer a
este trabajador sus derechos, regulación de su contrato laboral, que era de
justicia.
Total, que este mamón recibe la orden y no tiene más cojones
que aceptarla aunque habiendo unos plazos para recurrirlo, que hasta ahí no tengo constancia si se recurrió. Pero lejos de todo,
sabiendo que el trabajador es lo que dicen sus encargados, compañeros, técnicos,
personal de administración etc. todos lo quieren pues es una parte muy
importante para el funcionamiento de los servicios de la empresa, el
mamón no consiente que un simple trabajador consiga sus derechos, los mismos
que éste le negaba, se los reconocieran vía administrativa. Y en vez de reconocer que
todo podía haber sido más fácil, ahora manifiesta desde su escondrijo y con la
boca chica, que aceptará cualquier resolución administrativa, pero que este
trabajador tiene los días contados, vamos que ya ha hablado de despido.
Pues
nada, él está al acecho, sabe que tiene que andar con pies de plomo, pues
aunque esté avisado y él lo haya comunicado para que quede constancia de las posibles
artimañas del mamón ante la administración pertinente, esto es lo que hay. Nos
han quitado muchos derechos, pero los que aún nos quedan, que no no los
pisoteen.
Salud y
libertad
No hay comentarios:
Publicar un comentario