Por una
causa que no viene al caso me he acordado de aquella catástrofe, el ver
Ortuella en el nombre de un nuevo amigo de Facebook, me ha trasladado a ese
1980 cuando yo acababa de cumplir 13 años y me impactó tremendamente las
noticias que veíamos en el Telediario sobre un derrumbe de un colegio con todos
sus alumnos en plenas clases, que acabó con la muerte de 49 niños y tres adultos.
Mi
memoria solo alcanza a todos en mi casa expectante a tanta tragedia, veíamos
los escombros, percibíamos el horror y se nos contagiaba la tristeza.
Los
motivos fueron claros un edificio provenido de una época franquista, realizado
con unos materiales inadecuados y que ya estaban en proceso de cambiarse los
materiales de todos los edificios públicos que lo poseyeran, pero no le dio
tiempo, una tubería en mal estado, un nula o escasa prevención de riesgos y un
soplete produjo la deflagración, dejando huérfano a todo el pueblo.
He de
suponer que las administraciones se volcarían con la localidad para intentar
que todo volviera a la normalidad en la ciudadanía, y estos recibirían toda
muestra de solidaridad, toda muestra de cariño, no ya por parte de los propios
vascos, si no por todos los ciudadanos más allá de sus fronteras
Cádiz la
mayoría de sus muestras de cariño las realiza cantando, supongo que el que
canta su mal espanta, y habrían supongo que letras alusivas a ese pueblo, pero
la que muchos nos aprendimos fue la que el maestro Antonio Martin escribió para
su comparsa tercer premio del carnaval 1981, -Charlatanes de Feria- y que
decía
Paseando por un parque
donde concurre la infancia
contemplé a un triste chiquillo
apartado del corrillo
aonde los demás jugaban
Y pensando en consolarle
me acerqué con confianza
lo tomé sobre mis brazos
y entre pequeños abrazos
le animé a que me charlara
El me miró indiferente
como pensando en su mente
que yo nada arreglaría
Luego con su voz confusa
me abordó con mil preguntas
y que preguntas me hacia
Dígame buen señor
si es verdad que arriba
tenemos un Dios
Buen señor dígame
y su fuera cierto
conteste después
Cree usted que
dejaría
que bajaran algún día
mis compañeros de escuela.
Con sus libros y sus cuadernos
como yo le he visto en sueños
y así empezar
Bajarán Dios bien lo sabe
bajarán por esas calles
que tu has soñado de estrellas.
Vete tranquilo pequeño
que tu sueño
se hará real
Y aquel chiquillo brincando
volvió de nuevo a su juego
y mirando al cielo
yo me fui llorando
Salud y Libertad
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