Zapatero y Teofila, politicamente venezolanos

Hace más de una década, tuve la oportunidad de visitar Venezuela, pero no la de las maravillosas islas ni de las playas tropicales, conocí un poco, muy poco la Venezuela profunda de mediados de los noventas.

Independientemente del problema socio económico de aquellos tiempos, donde mientras cuatro empresarios ganaban mas de medio millón de las antiguas pesetas limpias cada uno y pagaba a cinco trabajadores veinte mil, o también podía leer en las noticias ajustes de cuentas con muertes, y contrastar de verdad mansiones de putos ricachones como estos capitalistas, con las chabolas de los pobres venezolanos, hubo una cuestión que me llamó la atención pues entonces cosa así no lo había vivido en mi país, a priori entonces mas desarrollado.

Y era que en las ciudades como por ejemplo Valencia u otras, que al igual que ocurre en España existen sus gobiernos y sus alcaldías, pues cuando hacían o realizaban una determinada obra pública ponían bien clarito un lema parejo al que hoy en día pone la Teofila o el Zapatero en las obras, diciendo quien era el que la ejecutaba, o bien un gobierno o el otro.

Y recuerdo que me dijo uno que a el le parecía bien que existiesen esas consignas pues con ello obligaban o bien a la alcaldía o al gobernador, que supongo sería ayuntamiento y diputación o autonomías, a superarse y con ello se mejoraba el aspecto social de la ciudad en si.

Y me llama la atención pues aquello que me llamó tanto la atención como que hubiera rebajas en las farmacias…. Hoy en día el mismo tipo que creía que eso en Venezuela era productivo, hoy es censurable si se traslada al gobierno socialista de este país, serán cosas de los contrastes, equiparables a que si se ve un menor desentendido socialmente, en ese país es un pobre niño de Dios y en España es un fracaso de los socialistas.

Los hijo de putas son los políticos de ese o este país de cualquier ideologia, los de esa o esta ciudad o los de ese o este pueblo cuando hacen algo que no gusta o no consideramos correcto, pero cuando un país ha servido como burdel de unos sueños y realidades eróticas, de el se ve bien hasta que los niños no tengan mas nada que comer que un trozo de arepa y un poco de agua de charca, tanto ayer como hoy.

Lo que no se puede censurar es lo que antes se alababa o lo que hacen tus alabados.

Salud y libertad