Y ni yo llegué a ilustrarme de él aprovechando que su hija Mari es la madrina de mi hijo y que me hubiera contado de estraperlo alguna de esas historias de bambalinas que tanto gusta, o de tangos y cupleces y porfías. Ni siquiera tuve la fortuna que fuera con su coro a mi boda, allí estaban sus amigos, sus compañeros conmigo y mi mujer, allí un trece de junio estaba su hija mi comadre, pero no estaba el Chichi, en la primera invitación que le hice, aunque fuera bajo un contrato, que tuve con él.
En lo personal se que a mi mujer y a mi nos quería bastante por cuestiones muy personales que se demostraba con la mirada amable y agradecida que me dirigía cuando lo veía dando su paseíto por la plaza de Candelaria. Debió ser muy buena gente, de estas que lamentas no haberlo conocido más en profundidad.
Pero para eso estaba su coro, el de Julio Pardo. Me da a mi que el Chichi era el alma del coro, ¡no se!, pero debió ser ese componente con el que cuentan para todo por su predisposición y por su carácter caballeroso. Tengo la certeza que este coro lloró por lo menos dos veces, la primera cuando murió, y la segunda cuando le homenajearon a titulo póstumo con un tango que interpretaron en el concurso del Falla con el coro que ya no contó con su presencia, la Prevención. Letra que solo cantaron en esa actuación, y del que fui testigo de ese emotivo recuerdo.
Si cuando vaya a contarnos
tan solo le salen cuarenta y cuatro,
señor guardia le juramos
que ninguno se ha escapado
de estar en la prevención.
Que si al llegar le dijeron
son cuarenta y cinco los arrestados,
no haga mas las cuentas
que enseguida se lo aclaro
es mi amigo Chichi
que todavía lo estoy esperando,
aquí esta su sitio
que entre todos le guardamos
ya vera usted como viene
porque es un tío y no va a fallarnos.
Y cuando le escuche cantar
en tu Cádiz no va a encontrar
ningún bajo más natural
ni un segunda con más compás.
No le haga caso al rumor
que mi amigo Chichi se fue pal cielo,
y que ha cambiado su coro
por otro que va a sacar San Pedro.
Tal vez se esconde sonriendo con su disfraz
entre papelillos.
Tal vez pa darnos una sorpresa aparecerá
en el estribillo.
Tal vez su voz pueda escucharse
gritando un ole a nuestro tanguillo.
Yo se, yo se que nunca nos dejará
que en este momento esta aquí conmigo
entre rejas en el cuartelillo.
Cuéntenos bien
que verás que somos cuarenta y cinco
que la lista ya esta completa
señor guardia yo se lo digo.
Que le quede muy claro a todos
que donde quiera que esté mi coro
estará mi amigo, estará mi amigo.
Salud y libertad
1 comentario:
Me encanta esa música de tango, y esos geniales cuplés que tenian, remataos con uno de los mejores estribillos que he podío escucharle al coro de Julio y Antonio, no me encierres, no me encierres, dame ya la Libretad...
Un saludaso.
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