Carta a Aminetu Haidar.

Vaya primero mi más queridas felicitaciones por conseguir sin usar la violencia una victoria sobre la intransigencia y la intolerancia. No hay nada mas loable que “ganar” las batallas sin entrar en combate y sin empuñar una pistola.

Has vuelto a tu casa con tu familia, lo que pase ahora supongo que para tí es lo de menos, aunque sabrás que tu estancia en el Sahara va a estar mirada con lupa y tendrás que estar a ojo avizor por la intolerancia que pulula en tu tierra. Que paradoja tu te pones en huelga de hambre por estar con tu familia y con tus hijos, y has sido criticado por quien dejó a su familia y a su hijo pasando hambre y miserias. Pero vamos Aminetu tu estás por encima de tanta intolerancia xenófoba y racista.

Recuerdo una vez que tres compañeros míos se pusieron en huelga de hambre por causas infinitamente menor que la tuya, pues su lucha estaba enmarcada en pos de sus derechos laborales, y la tuya por tus derechos como persona y los de tu tierra. Pues recuerdo un día que yo iba con dos compañeros por la Plaza de la Catedral, una administrativo del ayuntamiento, a priori compañera de los susodichos huelguistas, con aires fascistas nos preguntó si estábamos pasando hambre, ¡¡pobre gilipoyas!!, son gentes que no entienden que las personas les atienden unos derechos como los es a la huelga, y que son libres de usarlo cuando se sienten desagraviados. Son tipos y tipas reaccionarios e intolerantes, en este caso esta trabajadora que no compañera ahora regenta una especie de dirección la mar de bien remunerada. Vamos que sabe como reptar para llegar a la cima y la única huelga es la que se pega por los despachos.

Pues nada, que me alegra enormemente que de momento todo haya venido mas o menos bien, y cuando vuelvas a ir al váter pues ya tengas alimentos sólidos en tu cuerpo, el primer mojón que cagues lo empaquetas y lo mandas por correo con la dirección de “al xenófobo, fascista” que en España es como las meigas en Galicia, haberlos ahílos.

Salud y libertad