Un buen amigo mío me dijo que un buen abogado debe de carecer de sentimientos a la hora de defender una causa, debe de dejar de ser imparcial para defender un acusado y ofrecerle todo su apoyo, hasta sabiendo que ese que le paga es un hijo de puta asesino y culpable de lo que se le juzga.
Si es de la ultraderecha mejor que mejor, y me nombró unos cuantos letrados y me dijo que eran pirañas, que devoraban lo que fuera por defender a sus defendidos a sabiendas de que son culpables, solo con una máxima, quien paga manda y que para eso había estudiado.
Por todo ello yo llego a pensar que los abogados tienen un solo cometido como profesionales que son, defender a sus clientes, y es algo que no voy a discutir pues para eso se han preparado para ejercer esa profesión dentro de la justicia, pero.
Hago una pertinente reflexión en voz alta sobre un abogado que a su vez pertenezca a la Iglesia, o que sea miembro de ella, ya sea o no de misa a diario, y de los que cobran por ejercer su profesión y se precie de ser abogado. ¿Defendería a un asesino que está acusado y tiene todas las pruebas en contra para pudrirse en el infierno de la cárcel?, o a un violador, o a un genocida, o aun maltratador, o a cualquiera con un delito que sepa de su certeza?????.
Nos encontramos con ese abogado profesional como tal y que para ello estudió y se partía los codos cada noche estudiando, que es el mismo que en su vida es un Cristiano o Católico que bien puede ser todo un presidente de una unidad cofradiera, un Hermano Mayor o un simple miembro de una comunidad parroquial.
Y paradójicamente si fuese un buen profesional de la abogacía en toda su amplitud dejaría de ser un ejemplo de miembro de la Iglesia, pues si fuese un buen abogado y nos remitiéramos al año de treinta y tres de nuestra era, bien podría haber defendido a Barrabas, en detrimento de Cristo. Y si no ejerciera en un ejemplo similar, entonces un abogado de casos claros y ganados, y eso no creo que esté bien catalogado
Por lo que considero que un buen abogado no puede ser a su vez un buen miembro de la Iglesia Católica o viceversa, es la pura contradicción de una vida laboral con una forma de vida.
Salud y libertad
Si es de la ultraderecha mejor que mejor, y me nombró unos cuantos letrados y me dijo que eran pirañas, que devoraban lo que fuera por defender a sus defendidos a sabiendas de que son culpables, solo con una máxima, quien paga manda y que para eso había estudiado.
Por todo ello yo llego a pensar que los abogados tienen un solo cometido como profesionales que son, defender a sus clientes, y es algo que no voy a discutir pues para eso se han preparado para ejercer esa profesión dentro de la justicia, pero.
Hago una pertinente reflexión en voz alta sobre un abogado que a su vez pertenezca a la Iglesia, o que sea miembro de ella, ya sea o no de misa a diario, y de los que cobran por ejercer su profesión y se precie de ser abogado. ¿Defendería a un asesino que está acusado y tiene todas las pruebas en contra para pudrirse en el infierno de la cárcel?, o a un violador, o a un genocida, o aun maltratador, o a cualquiera con un delito que sepa de su certeza?????.
Nos encontramos con ese abogado profesional como tal y que para ello estudió y se partía los codos cada noche estudiando, que es el mismo que en su vida es un Cristiano o Católico que bien puede ser todo un presidente de una unidad cofradiera, un Hermano Mayor o un simple miembro de una comunidad parroquial.
Y paradójicamente si fuese un buen profesional de la abogacía en toda su amplitud dejaría de ser un ejemplo de miembro de la Iglesia, pues si fuese un buen abogado y nos remitiéramos al año de treinta y tres de nuestra era, bien podría haber defendido a Barrabas, en detrimento de Cristo. Y si no ejerciera en un ejemplo similar, entonces un abogado de casos claros y ganados, y eso no creo que esté bien catalogado
Por lo que considero que un buen abogado no puede ser a su vez un buen miembro de la Iglesia Católica o viceversa, es la pura contradicción de una vida laboral con una forma de vida.
Salud y libertad
1 comentario:
Pues, Paco, creeme, te equivocas. Como abogado la realidad que tu amigo, y luego tú, exponéis, es incierta. Que los hay así? Sí, seguro. Pero generalizar es tremendamente injusto.
Llevo 10 años ejerciendo, y nunca he defendido a ninguna persona acusada de las cosas que relacionas. ¿Porque no he querido? No. Sencillamente porque hay diversidad de especialidades y asuntos y no todos los abogados hacemos las mismas tareas.
¿Lo haría? Pues dependerá enormemente de las circunstancias. Desde luego, para que la condena de un criminal sea justa, éste ha debido contar con una defensa letrada, de lo contrario, la justicia dejaría de serlo, sería algo arbitrario.
Y ojo, porque defender a un asesino no implica utilizar, como dice tu amigo, cualquier medio para salvarle de la cárcel. No es eso. Muchas veces se trata de garantizar que al condena que va a imponérsele se hace aplicando correctamente la ley. Muchas veces se trata de indagar en el asunto para calibrar la responsabilidad del sujeto. Es que, en derecho, las cosas son siempre muy diferentes. Uno ha matado a alguien, bien... pues puede ser reo de asesinato, homicidio, y cuantas derivaciones y grados existen. Es tarea del abogado valorar el asunto y defender la postura que, desde la lealtad a la ley, a la justicia y al cliente, sea más justa.
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