El profesor José Reyes, el niño musulmán y el jamón de Trevelez

Cuando un amigo colgó esta noticia en el Faccebook, dije mas o menos que el hecho de denunciar era una opción democrática que poseemos. Si hubiera indicios o posteriormente delito para eso estaba la justicia, y no cambio ninguna de mi reflexión pues creo que para eso está esa gachí llamada Justicia, para impartirla, pero….

En este caso creo que se nos están yendo de las manos tantas historia propias o impropias nuestras. Creo y voy a intentar hilar fino, todos nos permitimos unos derechos de pernadas sobre otros, pero sobre todo no creemos en únicos y posesos del estado de la verdad.

Creo que cuando llegan los inmigrantes, muchos llegan con un derecho adquirido y auto obligado a que aquí se debe de respetar su cultura, cosa que me parece muy bien. A su vez con la lección aprendida de que, como algo les desconsideraran como individuo por una determinada raza o determinada religión, aquí las leyes son igualitarias con todos en las que se encuentran hasta ellos, y todavía mas bien y me alegro mas por ellos, pero algunos no comprenden que con los derechos de todos, están a su vez las obligaciones que nos conllevan a toda la comunidad sin distinción de credo, raza u opinión, siendo una de ellas el ser plural con todos, en los que me reitero, afortunadamente en este país, con todos y por supuesto con ellos.

Lo del jamón es una nimiedad con lo que puede conllevar todo esto que se está leyendo, pero yo me quedo con la frase y que transcribo desde el diario de Cádiz que nos dice, “José Reyes reconoce que en toda historia hay una víctima y no soy yo, a pesar de que estoy padeciendo ataques de ansiedad y arritmias. La víctima es el pobre chico………..”

Creo que todo esto se arregla en la educación y concienciación de los estudiantes, y si acaban de arribar a este puerto se debe de obligar a unas clases o cursos llamémosle de adaptación o pre adaptación a nuestra sociedad, esto se aprueba o se regula en donde haya que hacerlo. Un niño debe de saber que él no es el ombligo del mundo y por ello tener un arma que pueda usar a su conveniencia y mas con el beneplácito de “su” sociedad. A los niños en los que se tenga constancias de que en su familia no se le da una educación plural y tolerante el estado debe de entrar hasta donde deba y con toda sus consecuencias, y enseñarles que en nuestra sociedad y con unas normas reguladas al respecto, se permite que se desangre un cordero en una matanza, un cerdo en otra, o un pollo en la de al lado.

Y es en eso en donde hay que hincar el diente, en los derechos y obligaciones de los ciudadanos, y no en si es Musulmán, Hindú, Católico, o de la Secta satánica cultural y recreativa, Muero en Cai.

Salud y Libertad