Esta mañana, nada mas levantarnos le pregunté a mi señora esposa si nos íbamos a Serva Labari. Para no pecar de pedantería me refiero a Sevilla, o sea la tierra de María Santísima. Y se me ocurrió pues soy un profundo enamorado de esta hermana ciudad.
De ella me enamoré el primer día que la visité y la observé lejos de absurdas rivalidades. Fue ese día que subí a la Giralda y desde el mismo cielo de Sevilla vi una ciudad repleta de azahares, de bulla y de algarabías. Una ciudad que me abrió su alma en una exposición donde dió a conocer a todo un mundo que el sol de Andalucía ni empieza en Triana ni acaba en La Rinconada. Una ciudad que me enseño que un Sábado Santo aun no acaba la representación de la Pasión. Que me dijo que desde Triana un Señor del Soberano Poder marcaba el rumbo del caminar de los marineros, para el seguimiento de los polizones. Que una Esperanza chiquitita y coquetona desde San Gil, “madrugá” tras "madrugá” vela por los andaluces y las andaluzas…… La que un día y si tuviera que tener que dejar de vivir alrededor de mi bahía y mi ciudad de Cádiz, me gustaría que me diera cuna y me diera vela final.
Pues para paliar esta melancolía decidimos coger y pagar los 5.50 Euros del peaje y colarme en esta bendita tierra, tan bendita que hasta me dice allá por Dos Hermanas “Bienvenido gaditano estas entrando en tu casa”.
Y como siempre y con la babita caída nunca me sorprende pues siempre es la misma, siempre tan concurrida y alborotada y tan tranquila y pausada, tan viva que muchas veces pienso en esa sevillana cuya letra decía “para vivir tan solo quiero a Sevilla”
Salud y libertad
De ella me enamoré el primer día que la visité y la observé lejos de absurdas rivalidades. Fue ese día que subí a la Giralda y desde el mismo cielo de Sevilla vi una ciudad repleta de azahares, de bulla y de algarabías. Una ciudad que me abrió su alma en una exposición donde dió a conocer a todo un mundo que el sol de Andalucía ni empieza en Triana ni acaba en La Rinconada. Una ciudad que me enseño que un Sábado Santo aun no acaba la representación de la Pasión. Que me dijo que desde Triana un Señor del Soberano Poder marcaba el rumbo del caminar de los marineros, para el seguimiento de los polizones. Que una Esperanza chiquitita y coquetona desde San Gil, “madrugá” tras "madrugá” vela por los andaluces y las andaluzas…… La que un día y si tuviera que tener que dejar de vivir alrededor de mi bahía y mi ciudad de Cádiz, me gustaría que me diera cuna y me diera vela final.
Pues para paliar esta melancolía decidimos coger y pagar los 5.50 Euros del peaje y colarme en esta bendita tierra, tan bendita que hasta me dice allá por Dos Hermanas “Bienvenido gaditano estas entrando en tu casa”.
Y como siempre y con la babita caída nunca me sorprende pues siempre es la misma, siempre tan concurrida y alborotada y tan tranquila y pausada, tan viva que muchas veces pienso en esa sevillana cuya letra decía “para vivir tan solo quiero a Sevilla”
Salud y libertad
2 comentarios:
MIARMA!!! QUÈ BONITO TÀ QUEDAO!!
Yo gaditano, gaditano, gaditano, y, a pesar de que hay algunos "miarmas" que son pa echarle de comé aparte, ya sabes, esos de la gomina, el cochesito de caballo y la caseta de feria privada, reconozco que también soy amante de pasear por Sevilla y dejarme seducir por sus encantos.
Salud.
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