Función del sábado 16 de enero en el Falla con el coro de los niños, la comparsa de Antoñito Martín y la chirigota de los famosos.

No quiero hablar de cómo accedí al Teatro, ni como oí decir a Martínez Ares en el propio escenario sobre el primer repaso que recibió por parte del cuarteto, al que estoicamente dijo que era normal. Ni que una vez adentro me encontré con mi compi Manolo Bernal me metió en el palco de la COPE, me puso unos cascos, me dio un micro y hablamos de futbol, del Cádiz y de cómo recordaba yo el ascenso en Elche y que esa tarde estaba yo en una excursión el chaparral, con la familia Monzón entre otras. O el ascenso del Cádiz en Tarrassa, los goles de mágico al Barça o al Rancing o la victoria y el ascenso en Chapín

No quiero comentar que cuando miré el palco de los antifaces se me vino a la memoria que este antes estaba llenito de abuelitos carnavaleros, y que estos han dado paso a otros antifaces que aun no peinan algunos ni canas, aunque como dijo el Paquirrín, algunos se peinen con una manopla.

Ni como desde el gallinero observé como el compañero José Luis Bustelo hacía sus crónicas periodísticas desde el foso, y me di cuenta que ambos tenemos en común una cosa, dos dedos solo valen para darle vidilla a un blog.

Tampoco quiero hablar del coro la Reina del Pópulo, ni de sus colorido, ni de su tango mas o menos cañero, ni ese pequeño complejo que parecen tener con respeto a otros coros, ni de la alegría de su popurrí, ni del magnifico grupo de voces que poseen aunque ya no sean tan niños.

Ni del ambiente del gallinero, ni como hacían la ola, o cantaban villancicos, el hola don pepito hola don José, entre otras canciones populares.

Ni como antes de cantar la comparsa de Martín Los caballeros de la piedra reonda, el palco municipal solo estaba ocupado, o solo se veian a los concejales José A. Guerrero y Carmen Sánchez, para ver como llegaba Romaní, Bruno y unas gentes la mar de raras supongo que afín al partido de turno.

Ni voy a decir que la Comparsa de Martín cumplió con las expectativas previstas, que el primer pasodoble iba dando caña al fatídico eslogan de “Cádiz de cine” y las consecuencias que padece la ciudad mientras que los únicos beneficiados son los regidores municipales. Ni del pasodoble a la hija que cumple dieciséis años, a la que le viene a decir que ante problemas de embarazos no deseados, que recuerde que tiene a su padre, por encima de leyes y de iglesias.

O cuando fui a la cantina, que ahora llaman ambigú, y que aun creía que la barra la regentaba el belga, que me tomé una cervecita y una empanada de atún por cuatro leuros. O como allí vi entre otros a José A. Vera, Julio Pardo, Dani Lucena, Carlos Ordoñez y la gente rara que antes estaba en el palco municipal.

O la chirigota de los famosos, que con ellos me partí en dos y me reí como hacía tiempo no lo hacía. Con un repertorio a la medida de ellos, con un montón de “improvisados” chistes y con el sketch de Jorge Cadaval caracterizado en este caso de la alcaldesa. Que lograron lo que en definitiva es lo básico que se le pide a una chirigota, hacer pasar un ratito agradable, y en este caso con creces.

No voy a hablar de todo esto por que no vayan a creerse algunos que me he colado en el Falla, o que tantas buenas sensaciones en una sola sesión de preliminares me puedan decir que o bien es mentira, o que lo soñé.

Salud y libertad