Otra frase digna del mejor de los enmarques es la que posteriormente voy a decir, pero ante todo voy a poner en antecedencia esta frase.
Como ya habré dicho por aquí, yo de la quinta de Matzinger Z, lógicamente pertenecía a un grupo de amigos que lo éramos del barrio a donde nací y me crié. El barrio de Puerto chico que se encuentra en la zona del mercado central de Cádiz. Bueno, el grupo lo conformábamos un grupito que ahora todos deben de rondar los cuarenta tacos. Intentando recordar y espero que no se me olvide nadie los niños éramos; Javi el Deschamps, Jesús el piti, Jose de la calle la cruz, Mendez, Juanito, el Segundo grande y también el chico, Josema el cabeza, Chani, el mingui, el Kiko hermano de este último y mi menda lerenda.
Pero de quien voy a hablar es del Kiko, su nombre Francisco Manuel, el era el niño del quiosco o también llamado del puesto Isabel que era el único lugar del barrio que vendía chucherías, los cigarritos, las cervecitas y algunas veces hasta nos dejaban fiado. Pues el Kiko era el nieto de esta señora que vendía todas estas cosas y mas, por lo que aunque todos éramos muy conocidos en el barrio, este lo era mas por razones obvias.
A Kiko hace tiempo que no lo veo, se que está trabajando de conductor en la compañía de autobuses de Chiclana, y espero que sepa llevar bien las posibles adversidades que le pueda ocurrir, seguro que como siempre sabrá hacer el chapú oportuno y sacará adelante su vida.
Pues de chico Kiko era ingeniosamente ingenioso de dos chapas de cerveza construía un timbre para la puerta de su casa, y como eso podíamos recordar tela de cosas, pero a lo que voy.
Tenía su arte, pero el al igual que todos éramos unos burros y el colegio no lo queríamos ni en pintura, pero independientemente de esto kiko tenía el don de meter la pata y ser durante unos momentos el centro de atención de las risas de todos nosotros.
Estábamos pescando en los bloques del campo del sur, allí pasábamos muchas horas en verano y luego nos pegábamos el pertinente baño. Por entonces tendríamos catorce o quince años, es decir hará un cuarto de siglo, cuando de pronto alguien le dijo a Kiko, -¡a ver si pescas un atún! A lo que este respondió ¡jajajaja!, ¡si los atunes se pescan en los ríos!.
Claro y en los montes la sardina……
Salud y libertad
Como ya habré dicho por aquí, yo de la quinta de Matzinger Z, lógicamente pertenecía a un grupo de amigos que lo éramos del barrio a donde nací y me crié. El barrio de Puerto chico que se encuentra en la zona del mercado central de Cádiz. Bueno, el grupo lo conformábamos un grupito que ahora todos deben de rondar los cuarenta tacos. Intentando recordar y espero que no se me olvide nadie los niños éramos; Javi el Deschamps, Jesús el piti, Jose de la calle la cruz, Mendez, Juanito, el Segundo grande y también el chico, Josema el cabeza, Chani, el mingui, el Kiko hermano de este último y mi menda lerenda.
Pero de quien voy a hablar es del Kiko, su nombre Francisco Manuel, el era el niño del quiosco o también llamado del puesto Isabel que era el único lugar del barrio que vendía chucherías, los cigarritos, las cervecitas y algunas veces hasta nos dejaban fiado. Pues el Kiko era el nieto de esta señora que vendía todas estas cosas y mas, por lo que aunque todos éramos muy conocidos en el barrio, este lo era mas por razones obvias.
A Kiko hace tiempo que no lo veo, se que está trabajando de conductor en la compañía de autobuses de Chiclana, y espero que sepa llevar bien las posibles adversidades que le pueda ocurrir, seguro que como siempre sabrá hacer el chapú oportuno y sacará adelante su vida.
Pues de chico Kiko era ingeniosamente ingenioso de dos chapas de cerveza construía un timbre para la puerta de su casa, y como eso podíamos recordar tela de cosas, pero a lo que voy.
Tenía su arte, pero el al igual que todos éramos unos burros y el colegio no lo queríamos ni en pintura, pero independientemente de esto kiko tenía el don de meter la pata y ser durante unos momentos el centro de atención de las risas de todos nosotros.
Estábamos pescando en los bloques del campo del sur, allí pasábamos muchas horas en verano y luego nos pegábamos el pertinente baño. Por entonces tendríamos catorce o quince años, es decir hará un cuarto de siglo, cuando de pronto alguien le dijo a Kiko, -¡a ver si pescas un atún! A lo que este respondió ¡jajajaja!, ¡si los atunes se pescan en los ríos!.
Claro y en los montes la sardina……
Salud y libertad
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